La fotografía cambió para siempre nuestra manera de ver y conocer el mundo, desde los lejanos paisajes a las grandes obras arquitectónicas de distintas culturas. Sin embargo, la inclusión de la imagen fotográfica en el proceso del desarrollo gráfico del proyecto, tanto en la fase de documentación arquitectónica como en la fase conceptual, tuvo que esperar hasta el último cuarto del siglo pasado. Además, la llegada de la imagen digital trajo un gran cambio en la producción y gestión de la información fotográfica. Hoy, después de un largo período de maduración podemos ver cómo el uso de la imagen fotográfica resurge con más fuerza, reclamando un lugar en primea línea de los levantamientos más exigentes y realísticos. No podemos entender ningún proceso de documentación gráfica sin este importante recurso, ya sea en la etapa preliminar o en el proceso de realización del proyecto. En la mayoría de los casos (levantamiento gráfico y proyecto) la imagen fotográfica siempre se nos muestra como la síntesis más correcta, el “dibujo” más comprensible incluso para los no-técnicos.

La fotografía panorámica, la fotografía esférica y la giga-fotografía, encuentran amplias áreas de aplicación en la documentación y fruición del patrimonio arquitectónico y arqueológico.